La vida es música, sinfonía inacabada. No entiendes que eres el compás de cada nota que das. Sabes que la partitura no depende siempre de que notas eres capaz de dar y no de las que puedas dar.

No es alzar la voz más que los demás, es saber interpretar las notas que tienes que dar a lo largo de tu propia canción…

Dar el DO de pecho cuando las cosas se ponen jodidas. Cuando las ganas no salen de ningún rincón. Esos días en los que todos desaparecen todos y te toca ensayar solo.

Una vez tras otra gritando con la misma voz. Y es que el DO de pecho no todo el mundo lo entona igual…

RE, de volver, de repetir errores para grabarlos a fuego en la partitura, para saber qué notas hay que cambiar para no desafinar. Para no acabar jodiendo el ritmo de una buena melodía…

MI, de asumir errores como propios, de dar la cara cuando has metido bien la pata. Cuando te has salido demasiado de lo que marca la batuta. Has querido ser protagonista demasiado rápido.

Mi, de tener la personalidad de levantar la mano y pedir perdón. De saber que cada uno tiene su ritmo. Qué no todos interpretamos las notas igual…

SOL que parece que no hay vida sin que nos de la luz cuando todas las noches se crean historias que ven más que estrellas en la misma cama.

Nos empeñamos en condicionarnos la vida por tocar el sol una y otra vez y despreciamos lo bien que suenan las demás notas en la noche más oscura. Hay miles de historias detrás de cada canción. Y existe gente que sabe que nota te tiene que tocar…

Así se ve la vida detrás de un pentagrama. Aunque no hay mejor melodía que la que se crea con cada sonrisa, con cada sonrojo. Lo importante no es como das la nota sino lo que haces antes de llegar a ella.

No hay ritmo perfecto. No hay dos canciones iguales, no hay dos personas iguales. Hay que aprender a leer cada nota en distintas partituras…

Siempre hay un roto para un descosido y siempre habrá alguien que será capaz de leer tus notas y juntar las suyas para hacer la mejor canción de la historia.

La que empieza con beso de buenos días y acaba con un polvo de muy buenas noches…

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