Reeditemos el cuento. La modernidad nos aprieta para hacer que los cuentos sean lo más real posible. Vamos allá…

En el siglo XXI Caperucita roja, ni nadie, puede caminar por el bosque con una caperuza roja sin que nadie le juzgue su manera de vestir.

Lo de ir a llevar torta y mantequilla a la abuela es ya una anécdota de esa época , porque hoy la que viene a traer todo eso, y más, es ella para que muchos no se mueran de hambre.

El lobo hoy ya viste de traje y corbata y no le hace falta matar a nadie de un bocado para robarle el camisón, porque ya cada día nos roban con la comisión.

Hemos perdido tanto el sentido que el cazador que ve entrar el lobo a casa de abuelita hoy en día ya no caza sino que graba como sucede todo sin hacer nada. Lo de ayudar ya no se lleva.

El cazador acabaría con el lobo pero no por ayudar sino por sacar el mejor selfie de la historia. Y luego si que repetiríamos lo de abrir el lobo en canal y llenarlo de piedras para tirar al río, porque en esto seguimos siendo un cafres como en aquella época….

Y al final del cuento todo seguiría igual que ahora. El lobo denunciado por asesinato pero puesto en libertad por no tener antecedentes. La boca grande para comer mejor no es atenuante de nada.

Y así nos va. Cargando al lobo con ganas de reincidir y comerse a Caperucita de una vez.

Pero esto no acaba aquí ,Caperucita seria tratada de puta por ir sola por un bosque, como si fuese un delito. Donde pensaba que iba con ese vestidos rojo tan corto…

Y el cazador pillado por cazar sin licencia en una zona restringida y la abuela…

La abuela muerta de un infarto de ver cómo esta sociedad es mucho peor que la de hace cincuenta años. Y no…

Ni fueron felices ni comieron perdices porque seguían discutiendo por ver quién tenía más likes en Facebook. Que eso ahora se llama felicidad…

Fin.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *