No es lo mismo ser que parecer. Ni tampoco intentar aparentar lo que no se puede llegar a ser.

Que quizás la vida te ha dado mucho más de lo que necesitas, y mucho más de lo que mereces. Quizás, mucho menos de lo que podrás llegar a necesitar.

Que te crees reina de pasarela de Cibeles en barrios que no quieren saber de modas. Que la felicidad no se mide con dinero. Que es maravilloso ser feliz sin conocer ni siquiera la sensación de llegar serlo.

Que no es oro todo lo que reluce, porque las imitaciones cada día son mejores.

Que eres una copia barata de felicidad bien entendida. Que lo que te sobran, son motivos para llorar y no precisamente de felicidad…

Que eres feliz, pero solo a tú manera. Que la vida te dará la espalda cuando más lo necesites. Que tu barco no tiene rumbo.

Naufraga de una vida que no tienes y tampoco sabes definir. Te crees en posesión de todas las verdades cuando esta, lo único que te pide es que hables alguna de verdad…
Que algún día te tocará volver a la realidad y será tan difícil como mantener esa apariencia que no tienes y que ni siquiera mereces.

Que el lema de esta vida es ser, estar y parecer, pero yo ni eres ni, ni estas y últimamente ni si quiere pareces lo que pretendes aparentar…

Una vida de mentiras no se convierte en ninguna verdad. Asúmelo.

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