Y te lo digo hoy, porque mi paciencia tiene un límite para leer y escuchar gilipolleces. Sí, me has oído bien, gilipolleces que suelen venir de gente que tiene un doble rasero para lo que le da la puta gana. Con esto no pretendo faltar a nadie, ya que cada uno tiene su opinión, pero antes de tirar la primera piedra como si fuese una verdad innegable, asegúrate de no poder recibir ninguna…

Ahora sí, pedradas en forma de palabras, te las voy a ir dando yo, a ti, que crees que mi perro o el de cualquiera no es más que un simple animal de compañía. Allá vamos, agárrate bien, seré rápido para que no te duela tanto como me duele a mi leer lo que tú y muchos como tú sois capaces de escribir…

Mi perro, lo primero, pasa muy por encima de ser un simple animal de compañía, es para vuestros atascados oídos, una parte más de mi familia. Puedes poner el grito en el cielo, pero como no sabes lo que es tener uno, no espero que lo entiendas. Para que lo intentes entender un poco mejor te voy a poner un ejemplo práctico. A la hora de buscar piso, tú buscas uno que esté perfecto, muebles modernos, céntrico, barato y ya si tienes hijos,  que esté cerca de un parque para puedan jugar. Perfecto.

En mi caso, y probablemente en el de muchos, intentamos buscar uno en el que simplemente admitan mascotas, y créeme cuando te digo lo difícil que es encontrar uno, simplemente me basta con que esté medianamente bien. Sacrifico y sacrificaré el beneficio de mi comodidad plena, por la compañía de mi perro, para que tu sigas pensando que solo tengo un simple animal de compañía…

Además, mi perro probablemente sea más limpio que tú y que muchos a los que os gusta predicar que el problema de la suciedad de muchas ciudades son los perros. Cuando nada esta más lejos de la realidad. He visto sitios en los que están prohibidos los perros, pero lo que realmente deberían estar prohibidos son los cerdos, y no hablo precisamente de animales.

Si es que ahora resulta que tener un perro va ser un problema medioambiental, pero que en las noches de borrachera la gente, al igual que tu, y ojo, no sólo jóvenes, se ponga a mear en la calle es algo puntal, ¿no?…

Resulta también, que con un maravilloso día de playa, yo no puedo ir. ¿Por qué?. Porque casi ninguna playa acepta que mi perro puede estar conmigo, disfrutando de la arena, el sol y el agua, porque es ¿sucio? ¿molesto?… tu respuesta sería: por hacer sus necesidades en la playa, cuando he visto a personas, por llamarles algo, cagar y mear a más de uno sin recoger sus propias mierdas, cosa que el dueño de un perro si recoge, incluso apartando la mierda humana que se acumula, como papeles, bolsas, pañuelos e incluso condones y compresas, pero eso solo lo debo ver solo yo. Y de cosas molestas mejor no hablamos, porque todos nos hemos tenido que cambiar de sitio por alguna circunstancia ajena a nosotros…

Y tu ahora vendrás y me dirás…. Ya ¿y la gente que no recoge nada? Pues esa gente tiene un problema de educación y de respeto por los demás, que en realidad es el mismo que tienes tu contra todo animal por su mera presencia en tu entorno.

Que el problema está en lo de siempre. En la educación y el respeto hacia los demás, sean animales o personas. Mi perro respeta mucho más a la gente como tú, que tu a él, eso tenlo por seguro y te lo certifico, porque quien lo educa soy yo, para que intente ser la mínima molestia posible para todos…

Los únicos que sois un problema, sois todos aquellos que queréis un respeto que nunca tenías hacia nada. Lo escribo yo y lo pensamos muchos. En un mundo donde cada día creo más que son mucho más civilizados los perros que las propias personas…

No tengo un perro, sino un compañero fiel al que no dejare solo nunca, porque él nunca me lo haría a mi…

Seguro que TU que estás leyendo este texto, opinas lo mismo que yo. Desde aquí quiero hacer un llamamiento a la sensatez del colectivo antianimal, por así llamarlo…

Me gustaría saber tu opinión, tanto si tienes perro, como si no. Hagamos de esta entrada un movimiento a la cordialidad con los que adoramos a los perros.

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