Algún día, y quizás no hoy, pero estoy seguro de que algún día seré yo el que tenga la sartén por el mango. Y ese día me tomaré la libertad de escoger las revanchas que tengo guardadas cómo últimas batallas que no pude pelear.Llamarme rencoroso si queréis, pero en realidad yo lo llamo desenmascarar el interés. Hay gente que hoy no sabe casi ni cómo me llamo, que pasa por mi lado con la cabeza agachada para no decir nada. Y un día gritará mi nombre si cree que puede tener algún beneficio de ello…

Fama y dinero. No existe cosa que de más amigos de los que no son de verdad. De los que te llaman para celebrar y te critican por perder. Los que no tienen personalidad para saber qué hace tiempo que los tengo calados. Hoy, te ningunea un don nadie que mañana te llamará amigo.

Así de puta es esta vida.Que juega a engañarte con palabras en otras bocas. Los mismos que no tienen tiempo para ti porque no eres lo suficientemente importante todavía. Y es que la fama es efímera pero su estupidez es permanente. No esperan que un día la agenda que estará ocupada sea la mía…

Te quieren hoy para fusilarte mañana por la espalda. Cuchillos tirados a quemarropa cuando te han succionado todo lo que creen conveniente. Lo llaman éxito.

Que para ellos es subirse al carro que siempre va primero y para mí es poner ruedas al último de la fila. Diferentes formatos de vida.

Diferentes morales de vida. Un día me enseñaron que alardear de ser el mejor no es nada saludable para la vida porque en décimas de segundo alguien te puede pintar la cara. Que no hay verdad tan grande. Quien siempre sabe de todo al final no sabe de nada.

Hay egos que deberían llevar paracaídas porque siempre están por las nubes y luego los golpes son duros en las caídas. Que se creen sabios y consejeros por cuatro golpes de suerte y cuatro herencias de gracia. Se creen gente con principios cuando no saben lo que es empezar nada…

Algunos les he visto caer. Les he visto la tristeza en esa sonrisa engañosa. La decepción en los ojos y el rabo entre las piernas cuando el tiempo les hace llegar a su parada. Ellos ahora lo llaman mala suerte.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *