Qué difícil es la distancia. Qué difícil lidiar con un espacio tan amplio y a la vez tan cercano. Pensar que todo será como antes es coger el vuelo demasiado pronto, sin que te dé tiempo a preparar las maletas.
Quedarte en el cristal de ese aeropuerto viendo con tus propios ojos cómo todo empieza a difuminarse demasiado rápido. La estela que deja ese avión se ve durante un tiempo pero al final desaparece…
Demasiada la espera para poder tocar a quien siempre tienes en la mente. Todo te va comiendo poco a poco como una gota que pega contra el hielo. Quieres resistir y pensar que no todos los finales cogen el mismo vuelo pero tu pasaporte a la felicidad cada día tiene menos ganas de seguir en regla.
Te prometes que no.Lo vuestro esta hecho de otra pasta pero lo que no sabes es que a veces al cocinar mucho la pasta también te acaba jodiendo la comida….
Todo va bien los primeros meses, nada nuevo. Skype hace la función de verse y los ojos descansan esas noches en la que ves lo que sueñas en otras. Duermes mejor y la cabeza parece que acepta ese puto jet lag mental que mantienes un día tras otro pero…
Es demasiado difícil no poder tocarse, no poder besarse en las noches que todo va mal, los abrazos de los días de lluvia y la añoranza de las caricias en la piel. Todo va sumando a una maleta que tiene toda la pinta de no llegar a su destino. Extravíos de una mente que empieza a ver todo demasiado alto, vértigo de ver la caída.
Y llega el día en que las excusas superan las noches de Whatsapp que ya no son más que una rutinas de «te quieros» vacíos para aliviar la mente. Lo que antes era un alivio ahora se convierte en la ansiedad de descifrar mensajes que antes eran de lo más normal.
Te comes la cabeza por cada «en línea» que no tiene contestación y buscas el billete que te lleve de vuelta a la realidad…
Y la realidad es que es muy difícil quedarse en la terminal esperando demasiado tiempo. Que no todo es tan bonito como se pinta en las películas, que los reencuentros son maravillosos, y que existen.
Hay amores que superan los kilómetros porque son de verdad, pero últimamente en las terminales de los aeropuertos cada día veo más cadáveres sentimentales llorando porque saben que no resistirán ni las primeras turbulencias que les va a poner la vida…
¿Y tú @marutsanz, como lo ves?
Que no, que nadie dijo que sería fácil, pero tampoco imposible. Y siempre creímos en los improbables. En esos reencuentros que te abrazan por dentro y te hacen sentir que estás en casa.
Que sí, que como bien me decía él, “después de los hospitales, donde más se sufre son los aeropuertos”. Y cada despedida ardía y dolía más que la anterior.
Y es que muchas veces prometemos cosas que no cumplimos, y otras fuimos tan valientes como para convertir las palabras en actos, transformar la distancia en abrazos, las conversaciones transoceánicas en caricias nocturnas, y los emoticonos en besos infinitos.
Nos desvestimos, nos quitamos los miedos, nos lanzamos al vacío y vencimos contra todo pronóstico. Tú decías que vendrías, yo que volvería.
Y aunque era duro saber que tu día terminaba cuando el mío apenas comenzaba, que yo me iba a dormir y tú aún seguías en el trabajo, todo valía la pena cuando tus manos se lanzaban sobre el teclado para verter un millón de palabras con la única intención de sacarme una sonrisa.
Tu imagen al otro lado de la pantalla sonriendo absorto porque “no hay nadie más bella que tú, mi amor”. Porque nadie sabe cómo es la distancia cuando hasta un océano te separa, sabiendo que al otro lado hay alguien que te espera con millones de ganas, con un sueño compartido contigo que le gane la partida a la espera.
Sí, los aeropuertos son el peor lugar del mundo y a la vez se pueden convertir en el espectador del mejor reencuentro de todos los tiempos. Créeme, será difícil, a pesar de lo que digan, a pesar de lo que crean, sólo tú y yo sabemos que la distancia separa cuerpos, pero no corazones.
Que mis brazos rodean el mundo para llegar hasta ti cuando más lo necesitas, y que siempre estaré cuando me llames, cuando susurres mi nombre y el silencio te responda.
No te asustes, no lo olvides, hay promesas irrompibles y distancias que pretenden separar cuando lo que están haciendo, es abrazar recuerdos y crear huellas de este amor que nunca muere.
Podría decirte que será fácil, que no habrá noches en vela y días en los que no salga el sol, pero te mentiría. Sólo te propongo intentarlo, superar cada dificultad que vaya surgiendo en el camino, que los kilómetros hacen mella si tú lo permites, que los reencuentros valdrán la pena.
Y es que tú y yo sabemos que lo merece, porque un tiempo alejados no es nada comparado con el resto de mi vida a tu lado.
Hoy, como ya os anticipamos os dejamos dos puntos de vista de los amores a distancia. La parte del «Si» la defiende @marutsanz de una forma que solo puede hacer ella, impecable. y la parte inicial del «No» la defiende un servidor, que hace lo que puede con los versos. Lucha de altos vuelos. Disfrutar…