Lo siento. Pero me ha sido inevitable escuchar como te estaba dejando lentamente, me ha sido inevitable ver como te rompía el corazón con escuadra y cartón. Incisión de cirujano que te deja un corte limpio en el alma.

Me dolían los ojos de ver como el dolor te comía por dentro poco a poco. Sentada en el banco escuchando la misma banda sonora que suena en estos casos. Que no era por ti sino por él.

Que estabais bien pero que buscaba otra cosa. Que habíais caído en la rutina, como si eso fuera solo culpa tuya…

Se harto de convencerte con palabras vacías para que los ojos no se te llenarán de unas lágrimas que se veían asomar, más de rabia que de pena.

Que era mejor daros un tiempo para volver más fuertes, te lo decía con la boca y te mentía con la mirada. Te rompió en mil pedazos a plena luz del día porque ya usaba la noche para otra…

Lo vi, esta vez en tercera persona. Desde una distancia segura y me recordó lo difícil que es no descomponerse por piezas en esos momentos.

Te vi y me reconocí un día sentado en una escalera escuchando la misma banda sonará que pensé que no sonaría tan mal.

Os vi marchar juntos por caminos separados, la distancia ya era evidente al caminar, tu no querías volver y el no quería perder lo que quizás mañana quiera recuperar…

Para ti que hoy estás en el sofá de casa con las lágrimas en los ojos. Ten paciencia para devolver los golpes.

Que hoy te ha pillado por sorpresa pero mañana será él quien se lleve una gran sorpresa al ver que tu felicidad no dependió de él.

Al ver que no era él quien te provocaba la mejor sonrisa…

No olvides nunca lo más importante. TÚ.

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