Qué difícil lidiar con un espacio tan amplio y a la vez tan cercano. Pensar que todo será como antes es coger el vuelo demasiado pronto, sin que te dé tiempo a preparar las maletas. Quedarte en el cristal de ese aeropuerto viendo con tus propios ojos cómo todo empieza a difuminarse demasiado rápido. Que la estela que deja ese avión se ve durante un tiempo pero al final desaparece…
Demasiada la espera para poder tocar a quien siempre tienes en la mente. Que todo te va comiendo poco a poco como una gota que pega contra el hielo. Quieres resistir y pensar que no todos los finales cogen el mismo vuelo pero tu pasaporte a la felicidad cada día tiene menos ganas de seguir en regla. Te prometes que no. Lo vuestro esta hecho de otra pasta pero lo que no sabes es que a veces al cocinar mucho la pasta también te acaba jodiendo la comida….
Es demasiado difícil no poder tocarse, no poder besarse en las noches que todo va mal, los abrazos de los días de lluvia y la añoranza de las caricias en la piel. Todo va sumando a una maleta que tiene toda la pinta de no llegar a su destino. Extravíos de una mente que empieza a ver todo demasiado alto, vértigo de ver la caída. Y llega el día en que las excusas superan las noches de Whatsapp que ya no son más que una rutinas de «te quieros» vacíos para aliviar la mente.
Lo que antes era un alivio ahora se convierte en la ansiedad de descifrar mensajes que antes eran de lo más normal. Te comes la cabeza por cada «en línea» que no tiene contestación y buscas el billete que te lleve de vuelta a la realidad…
Y la realidad es que es muy difícil quedarse en la terminal esperando demasiado tiempo. Que no todo es tan bonito como se pinta en las películas, que los reencuentros son maravillosos, y que existen.
Hay amores que superan los kilómetros porque son de verdad, pero últimamente en las terminales de los aeropuertos cada día veo más cadáveres sentimentales llorando porque saben que no resistirán ni las primeras turbulencias que les va a poner la vida…
Os recomiendo leer la otra parte de esta entrada ¿Amores a distancia? escrita por @marutsanz