Hoy nos tocó Jarabe de palo. Y menudo palo. Se fue, quien quiso dejar lecciones de las que hay que aprender a golpe de verdad en sus canciones.

“Llora ahora y ríe luego” . Que el tiempo nos come sin que nos demos cuenta, que las horas se gastan sin que a veces entendamos lo valioso que es simplemente compartir el tiempo con la gente que quieres estar, y con los que quieren estar. “Y si quieres más pues… ¡Grita!”

“Bonita la amistad, bonita la risa. Bonita la gente cuando hay calidad”. Si las canciones nos dejasen marcas, habría algunas letras que tendríamos tatuadas en la piel. Que la música es más que tocar una guitarra y saber un par de acordes, son acertijos para aquellos que saben cerrar los ojos y sentir cómo las letras te repasan el alma en busca de nuevas pistas para sentir.

“Razón y piel, difícil mezcla” . Reír o llorar, que difícil separar esa caricia que nos fusila la razón, que difícil creer en algo que no te eriza la piel. Que difícil quedarse a medias de vivir. Y es que si algo nos enseña esta vida, es que por mucho que queramos ser diferentes todos buscamos algo que nos haga sentir vivos cada día. Una caricia, un abrazo, una mirada, un gesto. Al final simples “Emociones que en el corazón se esconden. Encerradas en prisiones con muy poca vigilancia”

“Ya pasó el presente como un rayo, ya pasó. Ya pasó como pasan los años” y seguimos dejando risas para mañana, besos para otro día y sueños para otro año. Seguimos jugando a ser cobardes con los días. A encontrar los miedos en cualquier esquina para dejarnos paralizados. Seguimos esperando trenes en cualquier estación, y dejando la felicidad en otro puerto.

Seguimos viendo la felicidad en casa de los demás porque nos acojona salir a buscar la nuestra. Y así, de vez en cuando, la vida nos da un poco de jarabe de palo. Jarabe del malo, del que te deja con mal sabor de boca durante días. Nos da avisos para que empecemos a vivir y ser dueños, incluso, de nuestro propio silencio.

“Créeme cuando te digo que es mejor así, que no hay cielo sin estrellas, ni un principio sin un fin.”

“Déjame vivir. Libre. Pero a mi manera. Volver a respirar de ese aire que me vuelve a la vida”. Lo injusto de esta vida es que a veces irse, es quedarse para siempre.

Adiós Pau Donés. Hasta siempre.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *