Los mismos que sufrís un paro cardíaco cada vez que se cae WhatsApp, los que pensáis que el fin del mundo está cerca sin poder estar en línea. Debéis empezar a entender que sois unos drogadictos de WhatsApp.
Vuestra vida social depende de unos simples caracteres y no de palabras que salen de la boca y se dicen a la cara.
Existe gente muy valiente para escribir y muy cobarde para sentir. Un emoticono no es una cara sino una interpretación relativa de lo que quieres ver.
La cara y los ojos no engañan, ni engañarán y lo demás es pura intuición…
WhatsApp se debería caer más a menudo. Mínimo una semana, para saber cuánta gente te llama para quedar, cuánta gente te echa de menos de verdad.
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Para ver quien se ocupa más que de mandar dos líneas con un qué tal, que muchas veces no sirve de nada.
Para saber si de verdad todo es lo que parece o simplemente es la rutina de querer recibir algún WhatsApp.
Drogadictos sociales con una herramienta perfecta para seguir con el mono…
Se están perdiendo las miradas, los abrazos, los besos, las caras de felicidad por verse.
Se está perdiendo la vida de llevar la cara pegada a un puto teléfono móvil.
Ayer se paró Whatsapp y el mundo siguió su camino.Tranquilos.