Cicatrices, que llevan cosidas mucho tiempo pero ahora empiezan a caer, será la edad o será que al final de tanta ostia estoy mudando la piel.

Se fueron casi todas esas cicatrices que un día me hicieron cuchillos que no esperaba. Se fueron cayendo de punto en punto cada vez que el dolor dejaba de salir de mi boca y me iba curando en versos.

Se fueron sin dejar ni una marca en el cuerpo, que haga que un día la debilidad me lleve a querer recordar un como, un cuando y un por qué…

Cicatrizado profundo. Cicatrizado de verdad, sin posibilidad de volver abrir heridas por las que ya no tiene sentido seguir sangrando…

Cirugía precisa, de quién un día hizo más bien de carnicero del amor, intentando arreglar por las malas lo que no dejaba de sangrar una y otra vez.

Hemorragia de un corazón en carne viva que se aliviada a base de golpes de alcohol y que hoy ya no tiene ni un resto de dolor ni de añoranza de ningún pasado…

Y así, con el tiempo entre una costura y otra y cosiendo lo que estaba demasiado roto llegó el momento de tener la piel intacta para la siguiente batalla.

Porque no dudaré en volver a dejarme la piel marcada si merece la pena. Porque quien no sufre no siente y quién siente no vive.

Pero es que este corazón ya no se desangra por cualquiera…

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *