Circular por la vida no es solo saber meter una marcha más o ir más despacio, que hay que saber interpretar las señales. Hay gente que parece una autopista a la felicidad pero esconde unos peajes demasiados caros para llegar a un destino final que no se parece nada al “folleteo” inicial. Publicidad engañosa…

A veces es mejor coger carreteras secundarias sin peajes de por vida aunque se tarde más tiempo y te den más de un mareo las curvas del trayecto.

Entre curva y curva hay mucho tiempo para pensar si hay que repostar y seguir o dejar la aventura para otro…

Hay que saber leer las señales. Que a veces es mejor hacer un ceda el paso y que sea otro el que se pegue por quien por ti, ni si quiera cruzaría con el semáforo en verde. Hay mucho engaño en las medias verdades de la calle. Un ámbar mal interpretado es un atropello mortal en la vida sentimental.

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Hay muchas personas que quieren ser semáforo en ámbar y que seas tú el que se la juegue por ella. Que una cosa es correr riesgo y otra muy diferente jugarte la vida en el intento…

Un stop es muy necesario de vez en cuando. Últimamente hay mucho exceso de velocidad en el amor. Hay mucha gente que debería estar sin puntos en el carnet de la vida, por las constantes infracciones de velocidad en los besos en la boca y los te quiero en distintas camas.

Que al aquí te pillo aquí te mato últimamente se le acaba llamando amor. Stop… 

Hay personas que son callejón sin salida, o de dirección única. A veces a uno se le estropea el GPS emocional y acaba metiéndose en un buen lío mental. No merece la pena. Al final es mejor dar marcha atrás y dormir en tu propia cama, créeme…

Que yo no soy profesor de ninguna autoescuela emocional para dar lecciones de nada, ya bastante tengo con llevar siempre la “L” puesta en esto del amor…

Pero compartir experiencias siempre puede evitar algún siniestro total, ¿no?…

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