Me cansé de mandarte versos a las tres de la mañana mientras los besos se los comía otro. Me cansé de encontrar la rima de tu sonrisa con la mía y de conjugar el verbo querer en todas sus versiones para nada…
Hacer el idiota agota. Desgasta. Demasiadas veces dejado en visto, sin respuesta a preguntas que lo decían todo. Sí o no. Pero tú siempre eras más de quizás, de dejar la puerta entreabierta por si el miedo se apoderaba de ti.
No lo quería ver, pero te gustaba hacerte de rogar para regalarme solo el tiempo que no tenías ocupado con otros. Y así me fue. Lamiendo las heridas que te hacías en otras guerras y en otras camas. Injusto que nunca pensarás que yo también tuve una guerra,y que esa guerra eras tú…
Me cansé de escribirte cuando tus ojos hacían aguas por cualquier idiota, que te llamaba princesa al oído y te trataba como un puta. Y mientras yo, intentaba sacarte media sonrisa de la boca para justificar que no todos somos cortados por el mismo patrón. Aunque quizás, empiezo a creer que es la única manera de llamar tú atención.
Ser un completo gilipollas. Ser uno más entre el montón de desechos sentimentales que acumulas…
Me canse de desperdiciar noches en textos que hoy, ya entiendo que no merecías. Te comía a versos con palabras que no entendías, ni querías entender. Y al final las ganas se me esfumaron cómo tus amores de verano.
Amores que te prometían lo que nunca cumplían pero siempre creías. Te encantaba crear cuentos de hadas con final feliz.
Lastima que un día te vayas a encontrar con que de los cuentos no te salgan las cuentas…