Hay gente que vive en un jodido parque de atracciones emocional. Imposible seguir ese ritmo de sube y baja entre un latido y otro. No puedes ni intuir lo que está pasando y mucho menos lo que están pensando.
Va de looping en looping mientras que los demás nos limitamos simplemente a respirar. Que pierden el control pero nunca se salen de los raíles…
Viven la vida de la manera más intensa, capaces de sonreír de la mañana a la noche y de llorar el mismo tiempo. Se suben a todos los planes y los tickets los mandan a tomar por el culo, porque no les importa cuando ni como sino con quien.
Se arriesgan a subir a la luna con quien les ponga el cohete en las manos, que sus ojos ven estrellas más a menudo que los míos. Yo solo veo estrellas fugaces que disfruto durante ese décima de segundo que te permite pedir el deseo del nunca jamás y ellos las llevan en los ojos…
Viven a veinticuatro horas por segundo. Van más rápido de lo normal. Ni conocen grises ni les gusta que les pinten la cara. Que están acostumbrados a sentir el aire en la cara y no necesitan que nadie que les sople.
Su parque de atracciones no es para todos, que no es que seleccionen, es más bien selección natural. Y lo natural es no poder seguir el ritmo de unos corazones que no bombean sangre, sino vida.
Los demás somos a su lado somos simples personas que nos limitamos a vivir. Respiramos para continuar y continuamos para vivir y eso nos sabe a poco…
Si vas a sentir algo que sea de verdad, que sea con toda la intención. Si vas a besar que sea a corazón abierto. Y si vas a querer a alguien que sea eterno…
No es una montaña rusa de sentimientos. Se llama vivir y muchas veces nos quedamos a medias…