Olvídate. Bórrame de tus recuerdos. Elimina fotograma por fotograma la película que un día nos hizo, o quiso hacernos felices, y nunca te pares a pensar el motivo por el que no funcionó.
Borra la sonrisa de media boca, y los besos donde era yo quién te comía toda la boca. Borra las charla en noches de cama, y las que no salíamos de ella.
Bórralo todo…
Tira, quema, y elimina todo lo que te pueda recordar a mí, para evitar encontrarte con algún recuerdo que te haga añorar lo que no pudo ser.
No vayas donde solíamos pasar las horas muertas, no remuevas lugares que tú mente aún considera como nuestros, sería difícil asimilar que lo que le daba ese encanto especial era la compañía y no el lugar que pisábamos un día tras otro.
Qué podríamos a ver ido a la luna y quedarse pequeña, y hoy, cada esquina es demasiado grande para ti sola. Qué la arena del mar ya no huele a nada. Qué perderse en calles imaginarias ya no tiene sentido.
Qué hoy soy solo un mero recuerdo que te empeñas en borrar como si el corazón fuera folio escrito y tú, goma de borrar…
Qué es complicado sacar de la cabeza lo que sigue grabado a fuego en el corazón.
Qué sentir es arma de doble filo, que te da recuerdos imborrables, que quizás un día no quieras recordar….
Ya lo dice el proverbio: «Yo existo porque tú me imaginas»