Mentira o también omisión de la verdad. Maquillaje de la poca veracidad. Ausencia de palabras para evitar tener que decir la verdad. Define mentira como quieras pero para mí mentira, eres Tú…

Mentira sostenida en el tiempo y que por eso no pasa a ser verdad. Mentira eso que me contabas e intentabas hacerme creer.

Mentira que un día me supo a verdad. Engaños para unos ojos cerrados.

Besos con los ojos abiertos y demás trucos que te sabias para hacer de mi un muñeco de trapo.

Mentiras de día y engaños de noche. 500 días y 500 noches viviendo una mentira convertida en verdad.

Recuerdos de noches que fueron inolvidables al menos para mí, porque cuando una juega a querer se le olvida mentir, y yo era de los que jugaba a querer. Y el juego se convirtió en póker, donde yo jugaba a carta abierta y tú siempre jugabas de farol…

En la batalla de la mentira me jugué la vida en una guerra que no era para mí, me conocerán como “héroe” esos a los que les di la vida sin saberlo. Aquellos que atrincherados fueron ganándome terreno. Yo me partía la cara y ellos te comían la boca. La vida al revés…

Y al final, después de tus lágrimas de cocodrilo y tus besos sin sentido conseguí diferenciar que una mentira repetida durante un tiempo no es una verdad.

La rutina es parte de la mentira. Que un te quiero ya no suena a verdad. Y que gracias a todo esto, entiendo que lo que yo busco es algo de verdad que tú nunca me podrías dar…

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