Si te asusta, hazlo. Sin pensar más de lo que puedes asumir. Si te da miedo, hazlo. Cómo si mañana no volviese la oportunidad para decidir de nuevo…
Hazlo, no lo dudes. Porque dudar a veces mata las posibilidades que da la felicidad. No lo pienses demasiado y asume que a veces se confunde miedo con acojone emocional…
Que una cosa es tener miedo y otra, muy distinta, es ese nerviosismo que te recorre el cuerpo cuando sabes que los pasos que das van en la dirección que hace tiempo tenías ganas de encontrar.
No es un miedo que te paralice
Sensaciones contrarias porque no es un miedo que te paralice, sino que es un miedo que te hace sonreír. Ves la felicidad en tus ojos aunque la mente a veces te quiera bombardear con ideas para que no dejes una zona donde ya sabes lo que va a pasar…
Salir, rompe, seguir, eso siempre da un poco de nervios al principio pero acaba dando mucha más felicidad que quedarse inmóvil toda la vida.
Ojalá todos los miedos fueran como este. Que lo único que me saca es una sonrisa de felicidad…
Y es que a veces para morirse de nervios primero hay que morirse de ganas.
No lo olvides. Si da un poco de miedo. Sigue. Que es por ahí…